El Tai Ji Quan pertenece a la familia Nei Jia (estilos internos) y es el más difuso de los estilos de Kung Fu en el mundo. En Cina es practicado continuamente en los parques para fines terapéuticos, prevención de las enfermedades y en general para mantener un buen estado de salud. A pesar de ello, no hay que olvidar que el Tai Ji Quan es un arte marcial y recoge en sí una serie de principios y técnicas muy eficaces en la defensa personal. Para adquirir una comprensión completa del estilo es necesario estudiar el aspecto energético (Qi Gong) y las aplicaciones marciales escondidas sabiamente en los movimientos de las formas. La ejecución de la forma (Kung Chia) sin la aplicación de los principios energéticos relacionados con la respiración abdominal y el flujo de energía en los meridianos no es muy diferente de una danza fluida y es asociable a la gimnasia dulce. Con la aplicación del Qi Gong en los movimientos se llega a un notable bienestar interior, todos los órganos se verán afectados positivamente y nuestro cuerpo será ligero como una pluma y al mismo tiempo pesado como una montaña, bien arraisada en la tierra. Lo antes dicho podría parece una paradoja pero explicarlo con palabras es bastante difícil, solo la práctia puede aclarar este concepto. La práctica del TAI JI QUAN promueve el flujo correcto del Qi, el fortalecimiento del sistema inmunitario, mejorando la circulación sangüinia y todas las funciones vitales y endocrinas del organismo. El Tai Ji Quan es una experiencia interior que no está separada del cuerpo, en donde aquello que se ve representa solo la punta del iceberg. Por lo tanto, para poder comprenderlo, el Tai Ji debe ser experimentado. Claramente, durante los primeros pasos, la parte física del Tai Ji será mayormente preponderante respecto a la parte “espiritual”, pero bajo la guía de un buen enseñante y poniendo de nuestra parte se podrá llegar a comprender la esencia del estilo. Los expertos dicen que esta vía es larga y solo aquél que no tendrá prisa en obtener resultados podrá adquirir una mayor comprensión. El Tai Ji es un estilo Taoista y está caracterizado por el símbolo del Tao que representa en modo sintético el equilibrio de los opuestos. Desde el punto di vista marcial, el Tai Ji es rico de acciones Qin Na, palancas en las articulaciones, proyecciones, bloques, golpes con las manos de diferentes tipos y patadas. Es usada la técnica Fah Chin (explosión de energía) en las técnicas. Son utilizados los principios de elasticidad y el uso de la fuerza del adversario en las técnicas. El estilo incluye la práctica Tui Shou (empuje de las manos) con un compañero, el Qi gong, la ejecución de las formas a mano libre y con las armas. Existen varios estilos de Tai Ji Quan como el Chen, Yang, Sun, Wu y otros. El más practicado es el de la familia Yang, en el que las formas son ejecutadas lentamente a pesar de que las aplicaciones contenidas en tales movimientos son rápidos y eficientes. El estilo de la familia Chen es probablemente el más cercano a la fuente original y el más dinámico en la ejecución de las formas. La fluidez y la continuidad de sus movimientos son un común denominador de todos los estilos de Tai Ji. La tradición popular atribuye la creación del Tai Ji Quan o “Supremo Puño” a Chang San Feng, un monje taoista que habría nacido al final de la dinastía Sung (960-1279), y que habría muerto a principios de la dinastía Ming (1368-1644). Vivió y enseñó en la montaña Wudang, en la provincia de Hu Pei. Una leyenda famosa describe a Chang San Feng, quien era ya un experto en Artes Marciales, asistiendo a la lucha entre una grulla y una serpiente. Ésta última se sustraía a los golpes secos del pico de la grulla con movimientos suaves, flexibles, lentos y continuos, contra atacando luego con gran destreza y agilidad. Fue entonces cuando Chang San Feng comprendió que en una lucha, la suavidez y la flexibilidad pueden vencer la fuerza y la rigidez por medio de movimientos circulares y continuos, en vez de movimientos rectilíneos e interrumpidos, precisamente como siglos antes el filósofo Lao Tzu había enseñado. Chang San Feng aplicó a las artes marciales lo que había aprendido, creando así el T’ai Ji Quan. De acuerdo a otra leyenda, Chang San Feng aprendió el Tai Ji Quan en un sueño. Es muy probable que los practicantes de este estilo quisieron dignificar los orígenes de esta arte atribuyéndolos a un monje taoista. Además se atribuye a Chang San Feng la creación de un famoso texto clásico titulado Teoría del Tai Ji Quan.